La preparación de la bruschetta se hace por regla general en un tipo de horno especial denominado brustolina, aunque también puede hacerse en hornos tradicionales.
La bruschetta se sirve habitualmente como un antipasto (aperitivo) Consiste en rebanadas de pan tostado, rebozadas con algún ajo y puestas a la parrilla para que se doren.
Al servir, se las riega con aceite de oliva, sal y pimentón molido.
Según la época del año, suelen ser los más típicos: el tomate, los vegetales y el queso.
La palabra "bruschetta" (Al plural "bruschette" en italiano) proviene del verbo "bruscare" del dialecto romano, equivalente a la palabra en italiano "abbrustolire", que significa tostar.