Hans Krása compuso esta ópera (cuyo título significa "El abejorro") en 1938, basándose en un texto de Adolf Hoffmeister.
Poco después, Hans Krása y la mayoría de los que intervenían en la ópera fueron asesinados en Auschwitz-Birkenau.
Los siguientes años meten a Alemania en una etapa de recesión económica y pobreza alimenticia.
[3] Solamente podían participar en formaciones promovidas por los nazis, siendo obligados a colaborar con su causa: era una herramienta más de represión y tortura.
Fue promovido como un "paraíso para los judíos", un balneario lleno de lujos... algunos reclusos consiguieron infiltrar sus instrumentos en el campo y lograron dar algunos conciertos.
I brundivar fue muerto A mediados de los años 90, la organización Juventudes Musicales se interesó por la ópera e inició, en colaboración con otras instituciones, proyectos piloto en que se elaboraron materiales para la representación de la ópera.
Su uso ha mutado ligeramente desde su composición: si al inicio se usaba para reivindicar unos derechos y un afán de libertad de un pueblo reprimido, hoy por hoy se interpreta como acto memorial, conmemorativo o para hablar a los niños del Holocausto.