Este libro no fue censurado en España y pudo circular libremente, tal vez por el respeto que la Corona española tenía de su autor.
La Brevísima se imprimió con los dineros que la Corona pagaba a Bartolomé de las Casas por los servicios prestados.
La obra fue reproducida y traducida, en más de 50 lenguas alrededor del mundo.
También, la obra fue recibida como una crítica a las políticas que se regían en las Américas, provocando indirectamente, años después, cambios en la estructuración de leyes y demás.
Estudios centrados en aspectos antropológicos, humanísticos, históricos, filosóficos, religiosos, entre otros.