Estudió en la escuela primaria católica donde se dio cuenta de su habilidad para escribir apoyado por su maestra Mary Frances.
[2] En 1967, Manning se unió a los Hermanitos de Jesús en Delaware, que en 1933 Charles de Foucauld había fundado, un instituto religioso comprometido para los hombres católicos que dedicaban a la oración y vida contemplativa y sin clausura entre los pobres.
Por ello, Manning transportó agua en burro, trabajó como ayudante de albañil, paleando estiércol, cosechar trigo, construir gallineros y lavaplatos en Francia.
En su obra “Todo es gracia” (Al lis grace) admitió que no enfrentó totalmente su alcoholismo y las mentiras que utilizaba para compensar su inseguridad personal mientras estaba en rehabilitación, según dijo, por su madre distante y su padre alcohólico.
[4] Los escritos de Mannings llevaron a un ministerio más público, y a menudo se le pidió que hablara como conferencista y dirigiera retiros espirituales.
Vio su trabajo como compartir las noticias del amor de Dios por las personas.
Manning durante su vida, afirmó que su trabajo solo tenía un mensaje: el increíble amor de Dios por las personas.