Botijo de filigrana

[1]​ Algunos etnógrafos, Natacha Seseña entre ellos, lo consideran evolución del botijo de barril, y decorada por mujeres.Partiendo de la estructura básica del botijo de barril, la pieza será luego vidriada por completo y decorada en blanco.La fantasía de la decoración se despliega en el remate calado –simulando complicadas rejerías o enrejados de estructuras finas– que corona la pieza como si fuera la cola desplegada de un pavo real o una historiada peineta.[4]​ Elaborados con la arcilla greda típica de la zona de Alba de Tormes, y decorados luego con un «juaguete» de arcilla blanca, algunas variedades presentan, en vez del cuerpo de barril, el tradicional globular con forma zoomorfa, por lo general representando un gallo.[5]​ Aunque también pueden verse ejemplares sin vidriar, los más populares sí lo están; la decoración se lleva a cabo tras haber sido torneada y secada la pieza, después del baño de engobe rojo; ya ornamentada se procede a su vidriado y horneado; el resultado será una loza brillante con la base de color marrón-rojiza, decorada en amarillo anaranjado.
Botijo de Alba de Tormes.