Estas botas se usan para madurar el vino de Jerez, también llamado «Sherry» en los países anglosajones, de acuerdo a las normas del consejo regulador.
Las botas sólo se llenan con 500 litros de vino.
Los 100 litros de aire restantes sirven para que el velo de flor «respire» en las soleras de crianza biológica (fino y manzanilla) y para oxidar el vino en las soleras oxidativas (oloroso, palo cortado y dulces).
Hoy en día todo el jerez sale ya embotellado y una vez que las botas dejan de tener uso, se siguen vendiendo y hay un mercado de «envinado» y exportación de botas desde Jerez a Escocia (donde se denominan "sherry cask") para envejecer los whiskies de mejor calidad.
[2] Actualmente, sin embargo, hay iniciativas para recuperarlo[3] a través de planes formativas para jóvenes.