En dicho convento enseñó Filosofía y regentó la Cátedra de Teología Moral.
Ejerció allí durante tres años siendo al mismo tiempo, Director del Colegio de seglares.
Consiguió el indulto para un sacerdote muy patriota, que se encontraba en capilla por afecto a la nación.
Tuvo tanta fama de caridad y misericordia que era considerado como mediador y favorecedor de todos los indigentes.
Fue un obispo modelo que siguió la regla de Santo Domingo en todo lo posible.