Bomba terremoto

Esto implica que un impacto directo con bombas convencionales puede destruir la estructura sin protección, sin embargo, es relativamente fácil proteger los sitios importantes con una capa gruesa de hormigón.

Wallace descubrió que una explosión subterránea en el subsuelo se comporta como una onda de choque en un fluido, provocando vibraciones sísmicas locales y, además, sufre una reflexión mucho menor en la interfase.

La idea de Wallis consistía en lanzar una bomba grande y pesada con una punta dura con una velocidad terminal supersónica para penetrar profundamente en la tierra.

Entonces, al estallar bajo tierra, a ser posible al lado o debajo de un blanco endurecido, la onda de choque resultante podría producir el equivalente a un terremoto en miniatura, destruyendo las estructuras cercanas, tales como presas, ferrocarriles, viaductos, etc.

Los refuerzos de hormigón del blanco probablemente servirían para transmitir la energía mejor y aumentar los daños.

El problema para atacar las presas es que por un bombardero de altura presenta un blanco muy pequeño y para prevenir un ataque con aviones torpederos se instalan redes antitorpedo.

Las primeras eran propiedad del fabricante Vickers, no de la RAF, pero al demostrar su valía se subsanó esta anomalía.

Aunque también resultaron ser eficaces contra blancos fuertemente blindados si conseguían un impacto directo no fueron diseñadas específicamente como bombas antibúnker.

Tamaño relativo de las dos bombas terremoto