[1] La bomba expulsa tres iones sodio (Na+) hacia la matriz extracelular a la vez que ingresa dos iones potasio (K+) hacia el citoplasma mediante transporte activo que ocupa como fuente de energía el ATP.
[2] Esta proteína fue descubierta por el danés Jens Skou de forma casual en 1957, al estudiar los nervios del cangrejo Carcinus maenas y por ello recibió el premio Nobel en 1997.
La bomba sodio-potasio está compuesta de 3 subunidades: α, β y γ.
Durante la fosforilación la bomba sufre un cambio conformaciones desde hélice alfa a lámina beta.
También posee dos centros de unión al potasio extracelulares y tres centros de unión al sodio intracelulares que se encuentran accesibles para los iones según si la proteína está fosforilada.
Los procesos que tienen lugar en el transporte son: Unión de tres Na+ a sus sitios activos.
La bomba de sodio-potasio es crucial e imprescindible para que exista la vida animal.
La demanda energética es cubierta por la molécula de ATP, que al ser hidrolizada, separa un grupo fosfato, generando ADP y liberando la energía necesaria para la actividad enzimática.
Los procesos que tienen lugar en el transporte son: La bomba de Na+/K+ desempeña un papel muy importante en el mantenimiento del volumen celular.
Las consecuencias serían catastróficas ya que la célula podría llegar a reventar (proceso conocido como lisis).
Esto nos indica que hay un fuerte gradiente electroquímico que impulsa a las dos sustancias a moverse: el sodio hacia adentro y el potasio hacia afuera de la célula.
La bomba de sodio-potasio encontrada en las células del corazón es una diana importante para los glucósidos cardiacos (como digoxina y ouabaína), drogas inotrópicas positivas ampliamente usadas en la clínica para incrementar la fuerza de contracción.