Su estilo es marcadamente rococó, siendo reconocida como una de las más originales y espectaculares bibliotecas barrocas europeas.La decoración se realizó algunos años más tarde, en vísperas de la Reforma Pombalina; los frescos de los techos y cornisas fueron pintados por Antonio Simões Ribeiro, pintor, y Vicente Nunes, dorador.El mobiliario, en maderas exóticas brasileñas y orientales, fue ejecutado por el tallador Francesco Gualdini.La moldura dorada del cuadro simula una cortina que se abre para mostrar en una "espléndida composición alegórica" al rey.[3][4] El filósofo y escritor italiano Umberto Eco se refirió a los murciélagos de la Biblioteca Joanina en Nadie acabará con los libros (2009):[6][7][8]