Se abrió al público general por deseo testamentario del cardenal Girolamo Casanata.
Desde 1872 el gobierno italiano gestiona la biblioteca, y actualmente depende del Ministerio de Cultura.
El padre Cloché, un general de los dominicos, mandó colocar en la biblioteca una estatua del cardenal Casanata obra del escultor Pierre Legros.
Una inscripción recuerda el permiso otorgado por Clemente XI para albergar en ella las obras de los autores que se consideraban heréticos.
La biblioteca contiene hoy unos 400 000 volúmenes, unos 6 000 manuscritos y 2 200 incunables.