Porque de tal manera amó Dios àl mundo que aya dado à ſu Hijo unigenito: para q todo aquel q en el cree, no ſe pierda, mās aya vida eterna.
Algunos analistas de este emblema coinciden[5] en que esta escena parece basarse en la primera Carta del apóstol Pablo a los Corintios: Yo planté, Apolos regó: mas Dios ha dado el crecimiento.
Los dos son, con su trabajo, humildes servidores, colaboradores de Dios, pero solo Él importa y su palabra permanece para siempre.
[6] Se trata de una revisión realizada por una iglesia bautista de Monterrey (México), terminada en 2007 y publicada al año siguiente.
Fue desaprobada por diversos grupos bautistas, pentecostales y otros por considerarla una mera adaptación de la Biblia del rey Jacobo.