Al principio creó Dios los cielos y la tierra.
La tierra estaba confusa y vacía, y las tinieblas cubrían la haz del abismo, pero el espíritu de Dios estaba incubando sobre la superficie de las aguas.
Su primera edición data del año 1944.
Sus traductores fueron dos escrituristas y sacerdotes españoles, el dominico Alberto Colunga Cueto y Eloíno Nácar Fúster.
En ellas el texto bíblico puede estar complementado con mapas, notas, ilustraciones tomadas de códices medievales o cuadros y pinturas, índices, etc. Como muchas versiones católicas de la Biblia, contiene los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento.