Bi Sheng fue un plebeyo y por eso no se sabe ningún detalle de sus ancestros.
Se le ocurrió crear ideogramas chinos aserrando maderas en trozos muy pequeños.
No tardó mucho tiempo para hacer 3000 de los caracteres más comúnmente utilizados.
Después hizo los caracteres con porcelana, que era indeformable y más durable.
Todavía dos siglos después, hacia 1440, el alemán Johannes Gutenberg (1398-1468) ―posiblemente sin ningún conocimiento de la imprenta china― volvió a inventar una imprenta de tipos móviles.