[1][2] Estudió arquitectura del paisaje en Berkeley, Georgetown y Edimburgo.
A principios de los años 80 vuelve a Barcelona y junto a Rosa Barba, y otros equipos formados por arquitectas paisajistas (Beth Galí, Carme Fiol, Andreu Arriola, Imma Jansana o Maria Isabel Bennassar), consiguió dar un nuevo impulso al paisajismo.
[2] Pese a tener su propio estudio no dejó de colaborar en proyectos de espacio abierto con grandes arquitectos, como Rafael Moneo, Oscar Tusquets, o Antonio Cruz y Antonio Ortiz.
[2][4] También ha diseñado mobiliario urbano, como el límite del parterre Robert, proyectado con Miguel Milà.
[1] Su obra póstuma fue el jardín en la terraza del Hotel Mandarín (2009-2010), que fue remodelado también por el equipo de Carlos Ferrater.