Berthold Goldschmidt

Perseguido por el régimen nazi[1]​ e incomprendido por muchos modernistas que criticaban su “anacrónico” lirismo, su obra pasó desapercibida hasta su renacimiento en la última década de su vida.

Su primer gran éxito fue una obra de 1925, su Passacaglia opus n.º 4, que le significó el prestigioso Premio Mendelssohn.

Con un futuro prometedor, Goldschmidt alcanzaba un inicial clímax en su carrera musical en 1932, con el estreno de su ópera Der gewaltige Hahnrei en Mannheim.

[2]​ Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó para la BBC,[3]​ mientras componía obras como su Concierto para violín, violonchelo y clarinete, La Chacona Sinfónica o la ópera Beatrice Cenci.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, Goldschmidt recomendó utilizar música de compositores alemanes como Mendelssohn y Gustav Mahler, y grabaciones de artistas como Kreisler y Artur Schnabel como propaganda antinazi.