Entre sus proyectos estuvo la protección del parque nacional Serengueti (Tanzania).
Desde 1960 hasta su fallecimiento, editó la revista Das Tier, en colaboración de Konrad Lorenz y Heini Hediger.
[2] Entre sus obras fílmicas destacan El Serengueti no debe morir (en alemán: Serengeti darf nicht sterben; 1959),[3] que obtuvo el Óscar al mejor documental largo en la 32.ª entrega de los premios de la Academia.
Su hijo, Michael Grzimek —quien participaba como director de fotografía—, murió durante el rodaje cuando el Dornier Do 27 que pilotaba chocó con un buitre leonado.
[4] El canciller alemán Willy Brandt lo nombró «defensor del medio ambiente»; sin embargo, dimitió en 1977, a modo de protesta contra las deficientes medidas del gobierno para la conservación de la naturaleza.