Fue durante esta etapa cuando Bernardo comenzó a sufrir las primeras contrariedades financieras debido a los estragos de la Revolución y las malas inversiones de su hermano Antonio, quien más tarde terminaría su propia vida en Nueva York.
[cita requerida] En 1933, los jóvenes empresarios expandieron los productos de la ladrillera, abriéndose a nuevas oportunidades como los suelos y revestimientos.
[cita requerida] Bernardo Elosúa Farías nació en un mundo disgustado con la política nacional.
Perteneciente a una familia duramente golpeada por la Revolución y testigo de numerosas tragedias perpetuadas durante los años posteriores, él, sus amigos y familiares, buscaban alternativas para dar a México un proyecto de nación basado en valores tradicionales como la justicia, el respeto, el trabajo, la libertad de culto y expresión, entre otros.
Tras su muerte, el consejo del PAN en Nuevo León, decidió crear la Fundación Bernardo Elosúa Farías,[5] en memoria de su primer presidente.
Para ello, se tomó como base a los que lo habían acompañado en la fundación del Club Sembradores de la Amistad, entre los que se encontraban Virgilio Garza Jr., Jesús Llaguno Farías, Agustín Basave Fernández del Valle, Juan S. Farías, Roberto Garza Sada y el propio Bernardo Elosúa Farías,[6] cuya amistad se remontaba a sus tiempos de estudios en el MIT y se había estrechado al unirles ahora lazos familiares debido al matrimonio de Bernardo con Esperanza, prima de Eugenio.
[cita requerida] En 1973, Bernardo Elosúa Farías abandonó la dirección del Grupo Lamosa, así como de todas las empresas vinculadas a él.