Benito Romero de Madridejos

Recién ordenado sacerdote, es párroco de Meycauayan, provincia de Bulacán donde se entregó al estudio del tagalo, idioma difícil para los españoles que él llegó a dominar.Diecisiete años estuvo en este cargo ganando el aprecio de sus feligreses.Durante el ejercicio de este cargo se fundó en Aranjuez el colegio de Misioneros, que después fue trasladado a Pastrana, en cuyo establecimiento tomó parte muy activa.Terminado su cargo de provincial, se le nombró presidente del Hospicio de San Pascual o Procuración y en el mismo año se le confió la parroquia de Bocaue, siendo a la vez vicario foráneo del distrito.Una vez muerto el obispo Jimeno la República Española, sin el fiat de Pío IX, designó como obispo de Cebú (agosto del 1872) a un liberal y cismático clérigo llamado Luis Alcalá Zamora.En la llegada a Manila del obispo cismático el comandante general de las islas Visayas notificó rápidamente al P. Mayor la llegada de Zamora.Fue notable su labor evangélica, girando numerosas visitas pastorales a su diócesis, pese a su avanzada edad (60 años) y escribiendo numerosas pastorales.El obispo Madridejos decidió reabrirla aportando la cantidad de 40 pesos mensuales, suficiente para mantener a los primeros enfermos y a las tres primeras enfermeras contratadas que fueron sustituidas más tarde por las Hermanitas de la Madre de Dios.El 6 de octubre de 1885, el provisor y vicario general Basilio Tecson, expidió una circular dirigida a las parroquias de Cebú en la que daba cuenta del estado grave del Ilustre enfermo, a quien la noche anterior se le había administrado el Viático, en la misma circular se mandaba a los párrocos que hiciesen rogativas públicas durante tres días y que en la misa rezasen la oración Pro infirmis expresada en singular.
Grabado Fray Benito publicado en la Ilustración católica 28-12-1878
Sello del escudo del obispo Benito Romero de Madridejos