Por tanto, según la tradición, el primer monasterio camaldulense femenino propiamente dicho fue el de San Pietro di Luco (Borgo San Lorenzo-Italia), fundado por el sucesor de Romualdo, el abad Rodolfo,[1] en 1085.
Durante los siglos XI y XII, el monasterio de San Pedro di Luco, alcanzó una fama tal que la abadesa del mismo, gobernaba también sobre los monjes vecinos.
A este monasterio pertenecieron Inés y Juana de Bagno di Romagna.
Para mantener la total independencia, estos monasterios no forman parte físicamente de la rama masculina ni están congregados o federados entre sí.
[3] Existen otros monasterios femeninos, fuera de estos diez, que viven según la regla camaldulense, solo el de Windsor (Nueva York), en los Estados Unidos está federado a la rama masculina.