Inés de Benigánim

La beata Inés nació en Benigánim el 9 de febrero de 1625 de sus cristianos padres Luis Albiñana y Vicenta Gomar, siendo bautizada con el nombre de Josefa Teresa Albiñana Gomar, en la iglesia parroquial de dicha villa.

Aquí mismo recibió el sacramento de la Confirmación a los 8 años.

A su profunda humildad unía su angelical virginidad, una ferviente caridad y un deseo de hacer el bien a todos, a enfermos, pecadores y matrimonios desunidos, y a personas en cualquier necesidad.

Un refrán popular acredita su caridad: “Beata Inés, on et criden ves” (“Beata Inés, donde te llamen ve”).

Por su profunda humildad, el Espíritu Santo la colmó de sus dones y frutos, convirtiéndola en vida en consejera de almas, en sus problemas; de reyes y gobernadores, en sus asuntos políticos, y de teólogos en sus tratados científicos.