El núcleo original parece haber sido los semnones, al que se fueron sumando otras tribus, formándose una identidad común a medida que se difuminaban las originales durante los siglos I y II, ocupando las cuencas altas del Rin y el Danubio.
[6] El general Marco Aurelio Claudio, acantonado entonces en Ticinum,[7] fue nombrado su sucesor[8] y de inmediato marchó a la capital imperial para enfrentar al usurpador, quien intentó conseguir su perdón[9] y se dirigió a Mediolanum,[10] donde fue asesinado por sus propios soldados.
[7] Claudio procedió a enfrentar a los invasores alamanes que habían cruzado los Alpes por el paso del Brennero y ocupado parte del norte de Italia aprovechándose que el nuevo emperador estaba ocupado con sus problemas internos.
[13] Al ser una incursión de saqueo, es mucho más probable que los germanos solamente fueran unos pocos miles.
[15] Se desconocen los detalles del combate,[1] pero es posible que el emperador delegara las operaciones de campo en su general Lucio Domicio Aureliano,[14] aunque la victoria imperial fue amplia y en el campo pereció la mayoría del contingente germánico.