El precioso cargamento no fue descargado, ya que los de Sevilla se oponían a ello alegando que era allí el único lugar donde tal maniobra se podía llevar a cabo.
El Consejo había comisionado a don Juan de Larrea esta labor y el 27 de septiembre ya se estaba procediendo al desembarco: por ello se estima que cuando se produjo el ataque no quedaba ya mucho en los buques salvo productos de menor valor (cochinilla, especias, telas, etc.).
Entre los extremos del estrecho cruzaron cadenas para impedir la entrada de los navíos anglo-holandeses.
Los barcos atacantes rompen la barrera que cerraba el paso a San Simón y se enfrentan con el grueso de la marina francesa.
Las defensas francesas cedieron, los navíos, en llamas, dejaban vía libre a los galeones cargados de riqueza.
[cita requerida] Una vez ganada la batalla, los atacantes saquearon Redondela y la isla de San Simón.
[cita requerida] Vigo quedó a salvo protegida por su muralla y defensas.
[cita requerida] En la retirada, los anglo-holandeses se llevaron varios barcos apresados, entre ellos un galeón español que habría estado cargado con los tesoros recogidos.