[2] Como resultado de estas victorias, las fuerzas del Imperio británico capturaron Jerusalén y establecieron una nueva línea estratégica fortificada.
El primer ministro del Reino Unido, David Lloyd George, describió la captura como «un regalo de Navidad para el pueblo británico».
Serían necesarios cien camiones para los caballos, así como el transporte de las raciones requeridas por las tropas en el frente.
Ese armamento había sido traído por equipos de hasta 8 caballos por pieza el día anterior.
La temperatura, que había sido caliente durante el día y agradable por la noche, disminuyó rápidamente hasta convertirse en un frío penetrante.
Con su sede en Nablus, el Séptimo Ejército otomano se desplegó para defender Jerusalén; su flanco izquierdo estaba cubierto por la 3.ª División de Caballería del III Cuerpo.
La noche era fría con fuertes lluvias, y los que no encontraron refugio se vieron seriamente afectados.
No llegaron más suministros hasta el mediodía del día siguiente, a causa de la congestión en las estrechas vías.
Fue una operación muy difícil, ya que el puente estaba siendo arrasado por el fuego enemigo, bombardeado continuamente por la artillería.
Este apoyo no llegó a tiempo, y la infantería en Sheikh Muannis, ubicada cerca del vado, también recibió la orden de retirarse.
[66][67] Al mismo tiempo, el comandante del Octavo ejército otomano Friedrich Freiherr Kress von Kressenstein fue relevado de sus funciones.
Pero en la madrugada del 29 de noviembre, las tropas otomanas se encontraron en una posición insostenible, dominada por un puesto australiano y enfilada por otros en ambos flancos.
No pudiendo avanzar o retroceder, tres oficiales y 147 soldados otomanos con cuatro ametralladoras se rindieron ante el 7.º Regimiento de Caballería Ligera.
Con refuerzos adicionales de la desmontada División Montada Australiana, había tropas suficientes para resistir todos los contraataques otomanas.
Los otomanos continuaron desesperadamente al ataque y otra compañía del 4.º Batallón de los Reales Fusileros Escoceses entró en combate.
[89] Nuevos ataques a Nebi Samwill sucedidos el 1 de diciembre fueron rechazados, sufriendo el Séptimo ejército otomano grandes pérdidas.
[88][90] Ambos lados comenzaron a ajustar y mejorar sus líneas, abandonando lugares inseguros o difíciles de defender.
[49][101] No fue sino hasta la noche que continuaron con su avance para encontrar el camino totalmente despejado de defensores otomanos.
Ahora el ejército otomano fue obligado a desplegar tropas de otros frentes para compensar estas pérdidas significativas.
[127][128] El Octavo ejército otomano sostuvo fuertes posiciones de comando que cubrían todos los lugares utilizados por los atacantes en noviembre.
Sostuvieron ambas estribaciones, además de un puesto frente al vado en la desembocadura del Nahr el Auja.
También sostuvieron una línea que se extienía al este de Khurbet Hadrah, cruzando a la orilla sur del río para incluir Bald Hill y Mulebbis.
[127][130] Puentes temporales se construyeron posteriormente para que la artillería de la infantería pudiera cruzar el río.
[131] Tres centenares de prisioneros fueron capturados y muchos otomanos fueron asesinados a bayonetas, mientras que la infantería británica sufrió 100 bajas.
Este ataque otomano en Tell el Ful inicialmente hizo retroceder a los puestos avanzados británicos y capturó varios lugares importantes.
[139] Al día siguiente, Chetwode, comandante del XX Cuerpo, ordenó a la infantería de la 10.ª (Irish) División atacar Ramala.
Combatió en Flandes del 20 al 30 de noviembre, finalizando con fuertes pérdidas y sin ganancias.
En particular, la lucha del 31 de octubre al 7 de noviembre contra la línea otomana Gaza-Sharia-Beerseba dio lugar a la primera derrota del atrincherado y experimentado, hasta ese momento, exitoso Ejército otomano, apoyado por la artillería, ametralladoras y aviones.
Durante los ataques, los defensores otomanos estaban bien establecidos en zanjas, reductos y otras fortificaciones, requiriendo un estilo de batalla del frente occidental, ya que los atacantes se vieron obligados a acercarse por terreno abierto.
[144] Algunos periódicos y revistas británicas, entre ellos The Irish News, aclamaron a este hecho como el fin de la cruzadas.