Batalla de Ilipa

[12]​[13]​ Ahí permaneció hasta la primavera siguiente, partiendo hacia Cástulo y luego a Baecula,[14]​[15]​ uniéndose a las tropas de Silano y numerosos aliados celtíberos[16]​ aportados por Culchas, reguli, «régulo» que gobernaba 28 ciudades.

[17]​ Entretanto, los cartagineses empezaron a concentrar sus fuerzas, antes dispersas en las ciudades, durante el invierno.

[3]​[30]​ En 211 a. C., producto que Roma deseaba mantener permanentemente un ejército en Hispania,[31]​ Cayo Claudio Nerón desembarcó en Tarraco con 10.000 infantes y 1000 jinetes,[32]​ equivalentes a dos legiones.

[33]​ Para aumentar su contingente armó a la tripulación de sus navíos[33]​ por lo que pudo contar con 13.000 soldados.

[31]​ Un año después le reemplazó al mando Escipión, quien trajo de Italia 12.000 refuerzos.

[31]​[4]​ Así, antes de atacar Cartago Nova el ejército romano en la península bien pudo sumar 28.000 infantes y 3000 jinetes.

[42]​ En Ilipa los romanos y aliados, según Apiano, eran tres veces menos numerosos que sus enemigos.

[44]​ Al ver a los romanos ocupados construyendo su castra —campamento—, Magón y Masinisa decidieron cargar con el grueso de la caballería.

[45]​ Sin embargo, Escipión había previsto esto y ocultó a sus propios jinetes detrás de una colina cercana,[46]​ así, cuando los cartagineses y númidas se abalanzaron sobre las obras, los romanos le atacaron sorpresivamente, poniendo en fuga a muchos.

[27]​ Tras un reñido combate, los africanos terminaron cediendo,[48]​ al principio retirándose en orden pero ante la presión enemiga se dispersaron[49]​ perseguidos por la infantería ligera armada con jabalinas.

[51]​ Durante los días siguientes se produjeron nuevas escaramuzas en la llanura entre ambos ejércitos hasta que los romanos decidieron dar el combate decisivo,[27]​[52]​ cuando los suministros dejaron de llegar a su campamento y los soldados empezaron a pasar hambre.

[55]​ Durante una noche proporcionó órdenes escritas[56]​ para dejar a los caballos con sus sillas puestas aunque tapadas.

[64]​ El choque de las tropas ligeras siguió durante la mañana, estas se retiraban hacia sus líneas y después volvían al combate.

[74]​ Los jinetes romanos derrotaron a los númidas porque se preocuparon de forzar un combate cercano, sin dejarles espacio para retirarse o arrojar sus jabalinas.

[75]​ Mientras las alas africanas eran destruidas, los libios en el centro, las mejores tropas, no hacían nada.

[74]​ No podían ayudar a sus compañeros porque de desproteger el centro los hispanos que tenían enfrente atacarían.

[86]​ La lluvia continuó toda la noche,[87]​ pero los vencidos no descansaron, estaban aterrados porque sabían que las legiones asaltarían el campamento al amanecer[88]​ e intentaron mejorar sus defensas apilando rocas.

[89]​ Sin embargo, cuando los guerreros nativos empezaron a desertar[90]​ Asdrúbal decidió abandonar la posición en silencio en plena oscuridad.

[95]​ Esto no impidió que la infantería y caballería ligeras de Escipión acosaran permanentemente su retaguardia.

[108]​ Magón logró llegar a Gades en unos barcos enviados por Asdrúbal y los soldados, abandonados por sus oficiales, se dispersaron.

[117]​ Luego fueron arrestados y se envió un mensajero al comandante informándole del éxito de la maniobra.

[118]​ Más tarde, después que los soldados dejaran su equipaje en las puertas de una ciudad hispana cercana,[119]​ se les convocó a una asamblea en el mercado[120]​ y todos asistieron.

[133]​ Mientras tanto, Asdrúbal Barca cruzaba los Pirineos y ponía rumbo a la península itálica,[101]​ donde enfrentaría su destino en el río Metauro.

[4]​ Cada pretor contaba con 8000 legionarios y 400 jinetes, todos socios itálicos, para mantener el orden.

Mapa de la situación anterior a la batalla, pueden apreciarse a las legiones romanas flanqueadas por sus aliados hispanos.
Mapa de la batalla, se pueden apreciar a las legiones, caballería y vélites flanqueando a los púnicos mientras sus aliados nativos quedan inactivos en el centro.