Mientras que otro cuerpo de 6000 saboyanos iría acompañando a Yolanda atravesando el Mont Cenis en pleno invierno y acantonándose en Ginebra.
El duque Carlos, contra la opinión de sus consejeros, que le recomendaban no llevar a cabo una campaña en pleno invierno en zona montañosa, marchó confiadamente con sus cerca de 11 000 hombres —a los que consideraba notoriamente superiores a los paisanos alemanes— dispuesto a limpiar de enemigos las inmediaciones del Jura.
El 19 se dieron instrucciones para que todos los cantones tuvieran preparados sus contingentes para el 23.
Al llegar a la vista de Grandson, la artillería borgoñona abrió fuego contra ellos, y tuvieron que dar media vuelta, desembarcando por la noche en Estavayer-le-Lac.
En todo caso, a esa hora la guarnición ya se había rendido.
Dejando 500 hombres distribuidos entre Les Verrières y Neuchâtel, partieron el 2 de marzo hacia Vaumarcus.
Siendo la caballería la parte fundamental del ejército conjunto, formaron siete cuerpos, tres dirigidos por italianos —Troylo, calabrés, Antoine de Lignana, lombardo, y Jacobo Galigioto o Galeotto, napolitano— y otros cuatro por súbditos del duque.
Sin tener lugar para maniobra alguna, se retiró del campo de batalla, abandonando bagaje —tiendas, pabellones, carros, pertrechos—, artillería —cañones, pólvora, munición y caballos— y el tesoro del duque, que fueron apresados por los confederados con gran regocijo.
Los pujantes berneses quisieron lanzar una ofensiva y tomar Romont, pero sus aliados argumentaron que habían acudido a ejercer una labor defensiva, y no a conquistar territorio alguno.