No obstante, la paciencia de Alberto le permitió reconocer a Adolfo, mientras conjuraba contra él.
Cinco años más tarde Adolfo fue depuesto por los Electores, pero Alberto se anticipó a esta decisión matando a Adolfo en un cara a cara en el campo de batalla de Göllheim (cerca de Worms, actualmente Renania-Palatinado).
Una vez hubo comenzado el combate, Alberto cabalgó a través de la multitud de combatientes hasta que encontró a Adolfo.
Anteriormente Adolfo había perdido su yelmo, así que recibió a Alberto descubierto.
Se cree que Alberto mató a Adolfo con una daga y se volvió a incorporar completamente empapado de la sangre de Adolfo.