Durante el reconocimiento, Grant ordenó a los gaiteros que tocasen sus instrumentos, mientras se acercaban al fuerte.
Repetidamente atacaron al ejército británico, el cual, sintiéndose rodeado luchó desesperadamente.
Sin embargo no les causaron demasiado daño ya que los franceses atacaban desde detrás de los árboles.
Los franceses permanecieron en Fort Duquesne hasta el 26 de noviembre, día en que lo abandonaron y quemaron.
Cuando los británicos llegaron al lugar donde antes estaba el fuerte se encontraron un paisaje desolador.