Batalla de Endor

Victoria Rebelde Decisiva Fragmentación del Imperio Galáctico Fuerzas terrestres: Fuerzas terrestres: La batalla de Endor fue una campaña ficticia que tuvo lugar en el episodio VI de la saga Star Wars titulado Return of the Jedi.

Pero sin que lo supiera el Emperador, los comandos rebeldes se habían aliado con la tribu nativa de la luna, los Ewok.

Esta táctica probó tener un alto costo (muchas naves fueron destruidas), con los Cruceros Mon Calamari demostrando estar a la altura de los Destructores Estelares.

Pese a la ventaja numérica de la Flota Imperial, los rebeldes consiguieron provocar graves daños en su ataque.

Los pilotos imperiales estaban entrenados para luchar en líneas estrictas de batalla, una condición que desapareció con este movimiento táctico.

Otros cruceros estelares incluyeron al Liberty, el Defiance y muchas otras naves Mon Calamari.

En el universo literario expandido de Star Wars se revelan más detalles sobre la batalla.

Es probable que los imperiales hubieran perdido más naves previo a la orden de retirada emitida por Pallaeon.

El Gran Almirante Declann murió poco después cuando la Segunda Estrella de la Muerte explotó.

Más tarde fue juzgado y ejecutado por la Alianza Rebelde por «atrocidades inhumanas cometidas contra los ciudadanos de la galaxia».

Si los rebeldes hubieran fallado en destruir la estación, las consecuencias habrían sido mucho peores de lo que imaginaban.

Cuando los técnicos imperiales instalaron el procesador, IG-88A se convirtió literalmente en la Segunda Estrella de la Muerte, obteniendo acceso y control sobre todos los sistemas.

Al mismo tiempo, preparó su transmisor principal para efectuar una transmisión que volvería a todos los droides en contra de sus amos.

Luego de haber destruido a la flota rebelde, IG-88A planeaba usar el superláser contra los Destructores Estelares.

IG-88 era consciente del Halcón Milenario y los Ala-X que se dirigían al reactor, pero no los consideró una amenaza.

[1]​ Las bajas rebeldes fueron grandes; se perdieron varias naves principales frente a la Segunda Estrella de la Muerte y muchas otras fueron destruidas o dañadas por la batalla con los Destructures Estelares.

La Flota Imperial, sin embargo, sufrió muchas más pérdidas contra cazas y naves, posiblemente porque el enfrentamiento a corta distancia producido en la batalla seguramente fue toda una sorpresa para ellos.

Como Palpatine deliberadamente no había planeado la sucesión al trono, varios líderes imperiales comenzaron a establecer sus propios feudos.

[4]​ Años más tarde, el pequeño (e ignorado en su mayor parte) Remanente Imperial firmó un tratado de paz, poniendo fin oficial a la Guerra Civil Galáctica.