Batalla de Campeche

Por su parte, los texanos oponían a estas embarcaciones la balandra Austin y la bricbarca Wharton, que se unirían a la flotilla Yucatense mandada por un oficial texano, el Capitán James D. Boylan, y formada por los barcos de pesca transformados tanto como les fue posible en barcos de guerra.

Ambas flotas se enfrentaron en escaramuzas poco concluyentes durante varios días, pero el 16 de mayo, ambos vapores mexicanos fueron sorprendidos por nuevos barcos texanos además de la antigua flotilla de guerra que se encontraba allí.

A pesar de la ventaja innegable que les proporcionaba su modo de propulsión, la superioridad numérica rebelde fue decisiva, los vapores mexicanos fueron derrotados por los veleros opuestos y sufrieron pérdidas importantes tanto humanas como graves averías en los barcos.

A pesar de la derrota, el gobierno mexicano hizo crear una medalla que glorificaba en estos términos la batalla: "una gran victoria naval para México”.

Pero es verdad que el general y presidente Antonio López de Santa Anna, que dirigía el país, no apreciaba apenas las derrotas: así, algunos años antes en el momento de la Guerra de los pasteles y cuando perdió una pierna en un combate con los franceses en Veracruz, le envió al congreso su pierna, jactándose de haber ganado la batalla.

Cruz Naval de Campeche.