Batalla de Apros

Los almogávares, alertados por una espía enviada por Ramón Muntaner, salieron al encuentro del enemigo.

Miguel hizo muestra de una gran valentía y destreza, hiriendo a muchos almogávares.

El ejército bizantino sufrió un gran número de bajas y, viendo su final, se retiran.

Por último, los almogávares temen una posible emboscada y no persiguen al ejército bizantino.

La derrota dejó al Imperio bizantino sin ejército y a los almogávares dominando la mayor parte de Tracia.