Basílica de San Genaro Extramuros

Los elementos clásicos y antiguos del templo no esconden evidentes muestras orientalizantes.

El edificio sufrió algunas modificaciones entre los siglos IX y XV, mientras que en el siglo XVII fue renovado y adaptado de acuerdo a las tendencias barrocas, convirtiéndose primero en un hospital para las víctimas de la peste, y luego en un hospicio para los pobres.

También fue importante la restauración durante las primeras décadas del siglo XX, que intentó devolver a la iglesia su estructura original, eliminando las afectaciones anteriores.

Artísticamente, sin embargo, la basílica aparece desnuda, ya que los restos del ciborio del siglo XIV, que estaban amurallados al ábside, junto con las otras obras de arte que contiene, han sido trasladados al Museo Cívico de Castel Nuovo, por razones de seguridad.

La iglesia está precedida por una estructura con un reloj al que se accede a través de un doble tramo de escalones y por un atrio con campanario, decorado con frescos que las fuentes atribuyen a Andrea Sabatini, pintor de Nápoles, que trabajó en la ciudad durante la segunda y tercera década del siglo XVI.

Lo interno
Parte de los frescos del atrio de Andrea Sabatini