El primer establecimiento minero fue fundado por los celtas en el siglo III a. C. Fue ocupado probablemente por la tribu céltica de los Cotini.
Los autores romanos mencionaron las actividades mineras de los Cotini, que habían vivido en la actual Eslovaquia central hasta que fueron deportados a Panonia en el marco de las guerras marcomanas por Roma.
A la población eslovaca inicial se le fueron uniendo colonos alemanes durante el siglo XIII.
En 1735 Samuel Mikovíny creó en la ciudad la primera escuela técnica para la industria minera del Reino de Hungría.
En 1782 Banská Štiavnica era la tercera ciudad más grande del Reino de Hungría (con 23.192 habitantes, que sumados a los pobladores de los suburbios alcanzaba los 40.000), tras Bratislava y Debrecen, pero el desarrollo de la ciudad estaba demasiado ligado a la industria minera, que fue progresivamente declinando desde la segunda mitad del siglo XIX.
La plaza es el centro cultural de la ciudad y hay también un museo minero.
Una mina al aire libre se ha convertido en museo, ofreciendo una visita de 1.5 kilómetros por las galerías del siglo XVII.
Un 65% de los habitantes eran católico romanos, un 18.9% no tenía afiliación religiosa y un 7.6% eran luteranos.