Banco de Vigo

Durante la década de los años cincuenta del pasado siglo XX, y a pesar del despegue económico que se estaba produciendo en España, en la Banca Viñas Aranda se produjeron numerosos impagados y demoras en la cancelación de créditos, lo que le llevó a una situación delicada.

En esta nueva etapa, el Banco de Vigo S.A. registró unos crecimientos muy reducidos lo que le producía unos beneficios muy escasos.

Sus socios tampoco tenían voluntad ni capacidad suficientes para aportar a la Entidad los recursos necesarios que dinamizasen su actividad.

Por otro lado, los antecedentes del banco tampoco ayudaban en la entrada de nuevos accionistas.

Incluso entre algunos socios empezaron a surgir desavenencias que precipitaron la venta del banco.