[1] Fue fundado por empresarios del norte de México[2] en colaboración con José Yves Limantour, secretario de Hacienda,[2] quien buscaba compensar el poder que el Banco Nacional de México y el Banco de Londres y México tenían sobre la economía mexicana,[3] así como establecer una institución que reconociera las emisiones de los bancos provinciales.
[1] Asimismo, el nuevo banco, auspiciado por el secretario Limantour, compensaría el enorme poder obtenido por los bancos ya mencionados.
El Banco Refaccionario de México fue otorgado en concesión a los señores Enrique C. Creel, Joaquín D. Casasús, Ramón Alcázar, Antonio V. Hernández, Carlos Bracho y Carlos Vermehren, quienes aportaron un capital de 1 000 000 de pesos para su conformación.
[cita requerida] Su primer consejo de administración estuvo conformado por Enrique C. Creel (presidente), Ramiro de Trueba (vicepresidente), como consejeros propietarios Joaquín D. Casasús, Ramón Alcázar, Olegario Molina, Antonio V. Hernández, Fernando Pimentel y Fagoaga (también gerente), José Castellot, y como suplentes Donato de Chapeaurouge, Carlos Casasús, Manuel Rivero Collada, Emilio Meyrán, Pablo Guma, Viviano L. Villarreal, Rómulo Larralde, Carlos Bracho, Eduardo Meade, Manuel Araoz, así como por Francisco Cortina e Icaza (interventor del gobierno), Balbino Dávalos (secretario), Juan F. Brittingham (comisario), Federico Kludt (subgerente), John Sutcliffe (contador) y Juan Camargo (cajero).
Morgan & Co., National City Bank, entre otros.