Fue intervenido por la dictadura militar tras la crisis económica de 1982 y fue liquidado ese mismo año.
[5] Entre 1971 y 1972 el banco formó parte del proceso de nacionalización de la banca que impulsó el presidente Salvador Allende, mediante el cual el Banco del Estado y el Banco Central adquirieron parte de las acciones del Banco Chileno-Yugoslavo.
[7] Entre marzo de 1977 y junio de 1978 el banco estuvo intervenido y se designó un administrador provisional (Miguel Zlatar Manzanares), con lo cual el banco inició su proceso de retorno a manos privadas.
[9] El 29 de junio inauguró su sucursal en Santiago (ubicada en la intersección de Moneda con Matías Cousiño, trasladándose en años siguientes a Huérfanos 1175),[10] expandiendo su presencia dentro del país, además de poseer dos cajas auxiliares en Punta Arenas (una en la entrada del Caracol Austral y otra en la Zona Franca de dicha ciudad).
[13] El último consejo directivo del banco estuvo encabezado por Orlando Sáenz (presidente) y Alejandro Iglesias (gerente general).