Balbino Santos Olivera

También asistió a la Academia de Santo Tomas y estudió otras materias, como arqueología, literatura o lenguas clásicas.[2]​ Además, se implicó con la ayuda de Regiones Devastadas en la reconstrucción de numerosos templos y el palacio episcopal, que habían sido destruidos.En los años cuarenta, en una línea que ha sido calificada de fundamentalista, emprendió diversas campañas siguiendo las instrucciones de Pio XII sobre la moralidad, modestia y pureza, así como de higiene y caridad, con observaciones sobre la ropa, el maquillaje o los deportes.En 1950 organizó el Congreso Catequista Diocesano y convocó una misión general, cuya dirección encomendó a los jesuitas.En 1952 convocó el II Sínodo Diocesano, que no se celebraba desde 1572.