Fue excavado por los egiptólogos franceses Eugène Grebaut y Georges Daressy, con Urbain Bouriant y Ahmed Kamal, bajo la dirección de Mohamed Ahmed Abd al-Rassul, que también había revelado la ubicación del llamado Escondrijo real en 1881.
La entrada de la tumba se encontraba en la zona llana situada justo fuera del muro del recinto, frente al templo funerario de Hatshepsut.
El hallazgo fue importante para la egiptología, por ser una tumba de sacerdotes y sacerdotisas del dios Amón, con lo que conlleva lo referente a la religión, la momificación y el estudio de los ataúdes.
Se trata de la mayor tumba intacta hasta ahora encontrada en Egipto.
[6] Los ataúdes estaban hechos casi exclusivamente con madera de la higuera autóctona (Ficus sycomorus).