Mein Gott, wie lang, ach lange?, BWV 155

Como concertino, asumió la responsabilidad principal de componer nuevas obras, en concreto cantatas para la Schlosskirche (iglesia palaciega o capilla ducal), mensualmente.

Amplió un pensamiento del evangelio: Jesús todavía está escondido, pero el «alma» puede confiar en que aparecerá en el momento adecuado.

[1]​ La coral final es la estancia duodécima «Es ist das Heil uns kommen her» de Pablo Speratus.

En el siguiente dúo, un fagot obbligato inusual toca figuraciones virtuosas en una amplia gama de dos octavas y media (incluido un sol-1 verdaderamente notable), mientras que las voces cantan juntas, la mayor parte del tiempo en homofonía.

[1]​ En el aria final, animados ritmos punteados en las cuerdas y más tarde en la voz ilustran «Wirf, mein Herze, wirf dich noch in des Höchsten Liebesarme» (Tírate, corazón mío, solo tírate a los amorosos brazos del Altísimo),[1]​ los ritmos incluso aparecen varias veces en el bajo continuo, mientras que las cuerdas descansan sobre acordes largos.