Tras otro podio en Malasia, en Baréin llegó la primera pole de BMW Sauber gracias a Kubica.
Aquel día, el piloto polaco fue tercero y Heidfeld cuarto, y el equipo se colocó líder del mundial de constructores.
Kubica se llevó la victoria y Nick fue segundo.
A partir de ahí, sin embargo, la escudería alemana no pudo seguir su gran racha y su rendimiento cayó enteros, de modo que ya no podía plantar cara al F2008 y al MP4-23 en condiciones normales, además de verse alcanzado por rivales como el R28 de Fernando Alonso.
En definitiva, fue un gran año para BMW, basado en la constancia y la fiabilidad.