Por lo general, sus trayectos cubren distintas provincias dentro de una misma comunidad autónoma u otra contigua.
Los servicios regionales a velocidad convencional reciben el nombre de Renfe Media Distancia.
Los trenes AVE están especialmente dedicados a los viajes de larga distancia: se encuentran divididos en clases, recorren las líneas completas, disponen de cafetería y de tarificación alta y circulan a la mayor velocidad que permita la línea.
Las líneas Avant se restringen a unas pocas estaciones colaterales entre los cuales se produzca este tráfico regional, siendo la mayor distancia recorrida de unos 200 kilómetros.
Se trataba de un servicio de Media Distancia rápido, a precio económico, y más flexible que el AVE, pues con el abono mensual, la reserva no era obligatoria.
También se aumentaron ligeramente los precios y se suprimieron beneficios propios de la AV de Larga Distancia como el aparcamiento gratuito y los puntos AVE.