A este trío de muñecos mecánicos, que hasta el día de hoy siguen en funcionamiento, se les conoce individualmente como «la organista», «el dibujante» y «el escribano», y fueron construidos entre 1768 y 1774 por el célebre relojero suizo Pierre Jaquet-Droz, su hijo Henri-Louis y su socio Jean-Frédéric Leschot.
«La organista», «el dibujante» y «el escribano» se presentaron al público por primera vez en 1774 en La Chaux-de-Fonds, y en los años posteriores fueron trasladados a exposiciones en varias ciudades europeas, provocando el miedo[1] y la admiración de los espectadores.
«El dibujante», que tiene la forma de un niño sentado en un pupitre al lado del comedor, está construido con unas 2000 piezas y puede realizar cuatro dibujos distintos: un retrato de Luis XV, una pareja real ―se cree que se trata de Luis XVI y María Antonieta―, un perro con la frase Mon toutou (‘mi perro’) escrita a un lado, y a Cupido subido a una carroza tirada por una mariposa; pasando por todos los pasos del dibujo académico ―esbozo, repaso de las líneas, sombreado y retoques finales―.
Al igual que «la organista», imita el comportamiento de un ser humano mientras realiza la tarea para la que fue programado, pues mueve los ojos e incluso puede soplar sobre el papel para quitarle los restos de grafito del lápiz.
[1] Su diseño es la evolución de un autómata anterior construido por los Maillardet, también con forma de niño, y que podía escribir en inglés y francés, así como realizar algunos dibujos.