Durante la travesía, recibió daños ligeros cuando fue alcanzado por fuego ruso en el incidente del banco Dogger.
Bajo el mando del almirante Oskar Enkvist, el Aurora consiguió evitar ser destruido, al contrario que la mayoría de buques rusos y, con los cruceros Oleg y Zhemchug, logró llegar a la neutral Manila, donde fue internado.
Se creó en el buque un comité revolucionario, que eligió como capitán a Aleksandr Bélyshev.
Gran parte de su tripulación se unió a los bolcheviques, que estaban preparando la revolución soviética.
El buque, fue llevado a puerto en Lomonósov, donde fue repetidamente atacado con bombardeos y artillería.
En 1948, tras extensivas reparaciones realizadas entre 1945 y 1947, el Aurora fue permanentemente anclado en Leningrado (hoy día San Petersburgo) en la isla de Petrogradski, en el río Nevá, como monumento a la gran revolución socialista de octubre y en 1957 se convirtió en buque museo.
Debido al deterioro del casco bajo la línea de flotación, esta zona fue sustituida por nuevas placas soldadas, según los planos originales.