[3] Entre sus principales clientes se encontraba Georges-Ernest Fleuriais, que convenció a los dos relojeros para que presentaran sus productos a los servicios de la Marina y a la Oficina del Observatorio, teniendo en consideración que relojes construidos por Thomas cumplían con los requisitos establecidos por la Marina.
[3] La empresa fue adquirida a finales del siglo XIX por Joseph Auricoste,[3] convirtiéndose en suministradora de relojes para el Elíseo, el Senado y el Banco de Francia, pero también a los ejércitos, a medida que se acercaba la Primera Guerra Mundial, con alrededor de 30 000 cronógrafos encargados.
[3] Tras la jubilación de Joseph Auricoste, fue su hijo Pierre quien dirigió la empresa.
Los relojes Auricoste fueron seleccionados por el ejército, junto con los presentados por Breguet, Vixa y Dodane.
[3] En 1980 la marca Auricoste fue comprada por Claude Tordjmann, un empresario que ya importaba a Francia cronógrafos Hanhart.