Aureo Fernández Carrasco

[5]​ Pasó su infancia en Cuba donde en 1890 ejerció los oficios de herrador, cocinero, barbero, sastre, policía[6]​ y soldado.

Llevaba una modificación del garrote que quiso ensayar en dicha ejecución con el fin de proporcionar una muerte dulce.

Concluía afirmando que había muerto en la miseria y después de graves sufrimientos.

Ya al final de su carrera volvió a dejar claro que no le gustaba el oficio.

Su última ejecución fue suspendida por indulto pocas horas antes de realizarse y al enterarse llegó a comentar estoy más contento que si me dieran cinco duros.