Persu, un especialista en aerodinámica y dinámica de aviones, puso en práctica su idea en 1922-1923 en Berlín, construyendo un automóvil con un coeficiente aerodinámico increíblemente bajo de 0,28 (igual al de un Porsche Carrera moderno) o incluso 0,22 (un valor todavía no alcanzado por casi ningún automóvil moderno de producción en serie), según otras fuentes.
Fue el primer automóvil en tener las ruedas dentro de su línea aerodinámica, algo que hoy en día se da por sentado.
Esta fue la principal innovación de Persu en comparación con el Rumpler Tropfenwagen (literalmente, coche gota) de 1921, diseñado por el ingeniero austriaco Edmund Rumpler.
Esto significaba que el automóvil podía circular en curva de manera segura a una velocidad de hasta 60 kilómetros por hora (37,3 mph).
En 1961, Aurel Persu lo donó en estado completamente funcional al Museo Técnico Dimitrie Leonida de Bucarest, donde se exhibe desde entonces.