[1] En el año 57 a. C. se libró la batalla del Sabis entre Roma y la tribu de los nervios.
César les prometió clemencia si se rendían, así que los aduáticos abrieron las puertas de la ciudad y entregaron sus armas a los romanos.
Aunque esto pudo haber sido una treta para sorprender a la retaguardia romana en un ataque posterior, César mantuvo su palabra y mandó que las tropas romanas salieran fuera de la ciudad aduática para evitar los posibles brotes de violencia contra los aduáticos por parte de sus hombres.
Aunque lucharon bien, los romanos estaban mejor preparados y les derrotaron.
César se mostró especialmente duro con ellos debido a la violación bárbara del acuerdo de rendición.