Consigue el puesto, lo ocupa y, tras un tiempo, ve que se ha emanorado irremisiblemente de su jefe.
En tales circunstancias, el Barón tiene por costumbre despedir a la empleada para no mezclar los negocios con el placer.
Este caso será distinto, y el matrimonio se abre como una posibilidad.
En Madrid, sería el 2 de octubre del mismo año en el Teatro Reina Victoria.
Se repuso en 1941, encabezando el cartel Francisco Pierrá y Amparo Martí.