Así mismo, desde los años 1920 también se vislumbró su importancia en el entonces nuevo campo de la navegación aérea.Por su parte, Abercromby contribuyó con numerosos artículos sobre el tema, remarcando el hecho importante (y por entonces novedoso) de que los tipos de nubes son los mismos en todas partes del mundo.En 1891, la Conferencia Meteorológica Internacional celebrada en Múnich, recomendó el uso de la clasificación ideada por Abercromby y Hildebrandsson.Otros fotógrafos descubrieron que se podían conseguir resultados similares utilizando espejos o superficies de lagos, o fotografiando selectivamente ciertas partes del cielo.[3] Se lanzaron varias ediciones posteriores del Atlas de Nubes Internacional, incluyendo las publicadas en 1906 y 1911.[4] El "Cloud Atlas" (Atlas de Nubes) de 1890 es el primer libro conocido con este título concreto, y fue escrito por Hildebrandsson, Wladimir Köppen, y Georg von Neumayer.