Lavalleja, indignado por este acto, resolvió expulsar a las fuerzas brasileñas de la zona.
[2] Sin embargo, otra fuente afirma que el coronel Alegre fue asesinado por una bala perdida de un disparo brasileño, y no por una emboscada deliberada.
Esa noche, Lavalleja realizó un reconocimiento de las posiciones brasileñas en Punta del Este, regresando en la madrugada.
[5] El ataque comenzó al amanecer con un intenso intercambio de disparos y algunos cañonazos dirigidos contra la caballería del coronel Olivera.
Lavalleja, junto con varios oficiales de su Estado Mayor, observó las posiciones enemigas oculto por las dunas.
[5] Las milicias se reagruparon en el campamento del coronel Olivera, reabasteciéndose de víveres y municiones.
Se produjo un feroz tiroteo en el que los brasileños emplearon metralla y cañones tanto del fotín como desde otra posición en la isla Gorriti.
[5] Tras el fallido asalto, Lavalleja regresó a San Carlos, donde fue recibido con honores por los vecinos del lugar.